Derribando mitos: ¿por qué no es peligrosa la encimera de granito?

Sentirse seguro en el hogar es importante, y las informaciones falsas que proliferan sobre el granito deterioran la confianza del consumidor en Málaga y desprestigian uno de los materiales más sostenibles y beneficiosos del mercado. De hecho, el uso de granitos para encimeras de cocina, revestimientos de fachadas y otros elementos constructivos se remonta a la antigüedad y hoy forma parte del entorno doméstico. Si incluso los estudios geoquímicos demuestran que no es peligrosa una encimera de granito, ¿por qué tiene mala prensa en determinados sectores?

La Unión Europea (UE) está alertando de una relación entre el cáncer de pulmón y las regiones graníticas (Sierra de Gredos, La Pedriza, etcétera) como resultado de la exposición al radón, un gas radiactivo de origen natural que se libera de ciertos minerales y aguas de alta montaña. Su concentración al aire libre no representa una amenaza, pero la cosa cambia cuando se acumula en los sótanos y bajos de las viviendas cercanas a suelos graníticos.

En 2018, una directiva de la UE decretó que el gas radón no debía concentrarse en cantidades superiores a los 200 Bq/m3 o bequereles por metro cúbico en viviendas de obra nueva, límite que en las antiguas se rebajaría hasta los 400 Bq/m3. Indirectamente, esta concienciación sobre los efectos negativos del radón está afectando al sector de las encimeras, tan dependiente del granito, el mármol y otros minerales en sospecha.

Pero ¿este tipo de encimera para cocina supone un peligro real para el usuario? La respuesta es no, ya que el granito utilizado en encimeras y otras superficies se extrae, procesa y manufactura de conformidad con estrictos parámetros de calidad. El resultado es un material inofensivo con aportaciones de radón muy inferiores a las registradas en estado natural.

En otras palabras, el granito doméstico o decorativo es diferente a las masas de roca granítica de la cantera o la sierra, donde su masificación y mayor riqueza de uranio sí constituye una amenaza potencial para la salud humana.

Las encimeras de granito: ni peligrosas ni contaminantes 

La creciente legislación contra el radón no es comparable al amianto y otros compuestos prohibidos en la UE. Los seres humanos viven expuestos, de forma natural e inevitable, a este gas radiactivo, que no es tan raro ni peligroso: más del 50% de la radiación natural que recibimos en vida procede de este elemento gaseoso. Además, casi el 70% de la dosis de radiación que absorbemos emana de las rocas, el sol y otros elementos presentes en el medio natural.

Además, la radioactividad emitida por los granitos empleados en el material constructivo y ornamental es inexistente. Después de medio siglo de investigación, no existe ningún estudio que avale la peligrosidad del granito y sus derivados. Pese a la preocupación de la UE, ni un solo estudio epidemiológico ha podido confirmar el nexo entre el cáncer pulmonar y la exposición al radón en España.

En cambio, sí existen investigaciones que demuestran la seguridad del granito utilizado en encimeras de cocina. Un estudio de la Marble Institute of America (MIA) difundido por Stone World concluyó que esta piedra natural carecía de efectos negativos sobre la salud humana. Se analizaron más de diez clases de granito —seleccionados por su alta demanda en el diseño de encimeras— por un equipo independiente de investigadores geoquímicos, comprobando si el nivel de gas radón era perjudicial en un ambiente doméstico. Nada. Por consiguiente, el granito es seguro para cocinar al 100%.

Además, esta roca ígnea es una de las muchas piedras que emiten radón. Minerales como el basalto o el mármol y materiales como el hormigón, el ladrillo o el yeso también contienen este gas producto de la desintegración del radio. Incluso alimentos ordinarios como el plátano o las nueces desprenden niveles medibles de radioactividad.

Por tanto, la cuestión de fondo no es la radioactividad presente en suelos, encimeras y otras superficies graníticas, sino la dosis media que estos emanan en el interior de la vivienda. Se estima que la mayor fuente de radón proviene del solado, no representando un peligro en la inmensa mayoría de casos. En este sentido, las encimeras están «libres de pecado» debido a sus ínfimas emisiones de radón. Lo anterior desmiente, así, que el gas radón sea un problema de las encimeras de granito.

¿Por qué el granito es uno de los materiales más sostenibles, bioclimáticos y seguros?

En el mercado de las encimeras, el granito despunta entre los materiales más demandados, y sus propiedades justifican sobradamente el respaldo del consumidor. Su sostenibilidad es una de sus mayores fortalezas: ninguna otra piedra natural emite menos CO2 ni que armonice mejor, por tanto, con el Objetivo 13 de la Agenda 2030 impulsada por la UE.

La huella de carbono de las encimeras de granito para cocina también es inferior a la de otros materiales. Según un estudio del Centro Tecnológico del Granito de Galicia (CTG), los productos graníticos usados en la construcción conllevan una mejora de este indicador ambiental.

Cuando interesa maximizar el confort térmico en el hogar, comprar encimeras de granito es una inversión acertada debido a sus cualidades aislantes. Si bien regular las temperaturas demasiado cálidas o gélidas en ciertos meses del año es un desafío, la inercia térmica del granito permite mantener el termómetro en un punto medio y reducir el consumo de sistemas de climatización.

La resistencia y durabilidad de los materiales de construcción también reviste importancia capital, y estas características no son incompatibles con la sostenibilidad. El granito es el mejor exponente de ello, por su capacidad para soportar las abrasiones, la acción de cuchillos y otros enseres punzantes y el desgaste por el uso en general. En concreto, esta roca tolera temperaturas de hasta 1500 grados centígrados, y su dureza se sitúa en la parte media de la escala de Mohs, con una puntuación de 5,5 a 7.

Seguras, ecológicas y energéticamente eficientes: son muchas las ventajas de las encimeras de granito que reivindican su superioridad frente al aluminio, la madera y la mayor parte de las piedras naturales.